miércoles, 19 de octubre de 2011


Un señor no dice que es un señor.
Una dama no dice que lo sea.
Un muchacho sensible
no necesita decir que es sensible.




Una mujer sincera no proclama
a los cuatro vientos su franqueza,
¿por  qué convertirse en una mujer cartel?
El que es, es, no se autodenomina,
por eso siempre dudo de aquel que se dice
romántico, o tierno, o bueno, o inteligente.
Las personas-anuncio
me recuerdan a los propósitos de año nuevo:
‘Quizá este año ocurra,
y suceda lo que quiero’.


Nená

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