No somos nadie.
Contenedores vacíos esperando a ser llenados.
Unos, nos precipitamos al tiempo que nos llenan,
como el vino que se vierte en la garganta.
Otros conservan en su vaso todo lo vertido
como un tesoro,
sin distinguir la sal de la plata,
y al llegar al mismo borde
se derraman como un volcán imparable
y no entienden, pierden la cabeza.
Muchos son verdaderos obreros,
obreros de pico y pala,
se pasan la vida haciendo balance,
esto entra, esto sale,
de tal modo que no saben quiénes son
sino qué tienen,
y cuando su vaso llega al borde
se sienten tan solos y agitados
qué buscan ridículamente una salida,
recuperar un tiempo que ya no les pertenece.
No somos nadie.
Nená
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