Envuélveme.
Ofréceme esa caricia
que lo abraza todo,
que lo toma todo,
que todo lo colma.
Aplaca y seduce
en un acto perfecto, la imperfecta
manera de mis huesos,
los peraltes y los segmentos
de este cuero.
El pulso inquieto
que araña las paredes,
que sofoca el grito
o disuade el mutismo.
Adorméceme y aparta el pelo
de mi frente,
como si pudiera quebrarse;
y tiernamente
mi cuerpo oscilará
mi cuerpo oscilará
en sísmicos imperceptibles.
Oríllame con plumas,
cientos de plumas
cientos de plumas
entre tú y yo.
Nená
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