miércoles, 29 de junio de 2016

SUCEDE

En las palmas 
una lluvia de esperanza 
amedrentada. 
Cientos de amaneceres 
desperezados 
en sus brazos blancos. 
Hielo en las pupilas 
desfalleciendo el color 
del mundo. 
Un día 
y otro día, 
y otro. 
Pero los milagros existen. 
La lluvia cesa. 
Un alba llega 
distinta y destino. 
Las estrellas bajan a la tierra 
y lo iluminan todo. 
Se abate el abatimiento. 
Se entristece la propia tristeza 
y parte lejos. 
Un camino abre el cielo 
en verde claro, 
y los pasos, 
siempre los mismos, 
dejan para siempre 
de sonar igual. 
Sucede. 


Nená de la Torriente

domingo, 26 de junio de 2016


La piel de gallina, 
los ojos a punto de emborronarse 
como tizas blandas. 

Siempre es la misma voz 
la tuya muy en el fondo 
pero la música suele ser caprichosa. 

El atropello es constante en esta orquesta, 
el mundo, 
con su inválido sistema de señales. 

Tú enseñas a tocar el instrumento de otro, 
y así el siguiente, 
hasta el último. 

Alguien ha gritado 

Déjenme en paz 

y todos han reprobado su falta 
de control emocional 
-parece absurdo- 

En los descansos uno habla 
y todos escuchan. 

Entiende que el único orden posible 
es que cada cual ocupe su lugar 
sin miedo. 
Ser uno y su propio sonido. 
Pero muchos siguen enganchados 
a timbres diferentes, 
confundidos, 
confundiendo lo que es la armonía 
y lo que es el ruido. 

¿Esto queríais? 
¿Una arboleda sin tallos firmes? 

No valoráis a quien bien prende 
y baila el aire 
por miedo a que suene fuerte o seguro. 

Teméis al sincero 
por ser obsceno 
y excesivamente primario, 
le envidiáis en su mismo canto 
y en su libertaria moneda. 

Cómo os conozco.

Atados los pies y las manos 
todo es menos sonoro 
y más tolerable. 

El niño razona con armas de roca, 
sus manos son de fuego 
Maldice a las féminas largas de lengua 
y débiles de espalda, 
llama a la unión y nadie le escucha. 


El poeta que es bueno se esconde, 
que a venderse todo son siglas de derrota 
abierta. 

El escritor... Cualquiera. 

¿Qué del político? 
Ya no sabe nadar entre mil aguas, 
apuesta para perder maldiciendo. 

¿Esto es lo qué queríais? 
¿Un mundo débil? 
Abrid las manos. 

Yo, aún creo. 


Nená de la Torriente 

sábado, 25 de junio de 2016


Esta herencia de nortes 
es la quietud, el abrazo. 
Días idénticos, 
ayer, mañana. 
Niebla baja al despuntar el día 
y al alba el cortejo del sol 
en los muros. 
El pulso suspendido, 
un soñar sin fuga 
a escasos metros del avellano, 
donde lega el caracol su geometría. 
Mamá pasea una cadencia 
inconfundible, 
sus labios, los rosales, las hortensias. 
La vida devora las plantas más verdes 
en las fauces de Mya, 
y todo deja de escribirse 
desde la memoria. 
El pensamiento rinde homenaje 
a todo. 
A ti que vas por delante de mis cosas. 
Al amor verdadero. 
¡A ese loco tan sensato 
que es mi amigo! 
¿Tengo amigos? 
A las diferencias necesarias hombre-hembra. 
Al embrujo del deseo y de los mimos. 
A mis bellos hermanos, increíbles y distintos, 
a aquellos que entienden sin peros 
qué es la entrega. 
Aquí calma y presencia, 
un inexistente número firmado ante notario, 
una valla rota donde el aire entra
amablemente 
e invita a la tormenta, 
pero no nos lleva con su estruendo 
a la gran guerra 
-en esta insólita avenencia- 
ni captura flores 
para reclutarlas por peces. 

  

Nená de la Torriente 

jueves, 16 de junio de 2016

GRRRRR


Mírate en el aire sostenido 
del enjambre de su pelo, 
¿a caso no ves cómo te necesita? 
Eres muy torpe hombre bruto.  
La sencillez de tu lengua 
no te ampara nunca, 
ni escribiendo 
ni pensando. 
No quieres verte como capazo 
ni gruta, 
mejor punto en la pared 
para que te maldiga siempre. 
Una línea en un antes de un antes, 
un después para un después, 
eres un ayer que es un hoy, 
un ahora que resulta siempre 
de un nunca. 
Eres muy torpe hombre bruto. 
El amor no se escribe al dictado 
ni se carga de cruces 
¿Por qué debería? 
Enseñanzas necias, necias!!  
No viste lutos ni sabe de estaciones
ignora los peros
está para estar sin respuestas 
-¡las preguntas son siempre benévolas!- 
El amor es lo inmenso, 
es la inmensidad no relatada 
y difícilmente comprendida. 
¿Por qué? -Preguntas- 
¿Por ser seres humanos parecidos? 
¿Por una especie de adopción 
de humanidad entrañable? 
¿Y por qué buscar respuestas 
para tanto bueno? 
Muy torpe eres 
hombre bruto 
al cerrar la puerta de tu corazón tierno 
e imaginarte siempre 
tan afierado, 
tan no sé yo, 
tan y tanto quizá, 
tanto mejor espero. 
¡Ay, pero qué torpe eres hombre bruto! 



Nená de la Torriente 

martes, 14 de junio de 2016

P O E M A 



(((Sencillo

mucho más sencillo

como juntas las manos 
sobre el regazo))) 

(((Limpio 

mucho más limpio 

como intactas bajan las aguas 
del regato))) 

(((Libre

mucho más libre 

como todas las aves 
sin amarre))) 

(((Sereno 

mucho más plácido 

como el paso que va despacio 
y sin apremio))) 

(((Taumatúrgico 

deliciosamente mágico 

como todo lo que produce 
profundo e íntimo 
estremecimiento))) 


Nená de la Torriente

domingo, 12 de junio de 2016



Desear la inmortalidad
es desear la perpetuidad de un gran error 
Schopenhauer 

Ya permanezco. 
No sé en qué momento, 
si fue cuando dejamos de ser  
algo-alguien, 
un nosotros, 
un muchos, 
¡un total el mundo! 
Un existiremos, 
un ojalá exista después de existir 
en este ¿proceso? 
Ya me he quedado un poco 
en esta habitación a oscuras, 
en esta mañana clara 
sin hacer demasiado ruido, 
con un pequeño beso, 
un abrazo, 
sin que se me entendiera, 
¿sin importarle a nadie? 
No lo creo. 
Ya estoy. 
Ya he sido. 
¿A qué acallar los labios 
con promesas de otra cosa 
que las de haber estado ya, 
si acaso? 
No debiera de soñar más allá 
de mis propios y caudalosos sueños 
de este presente único, 
que de ser son ya un espacio en escalera 
generando sus propios 'hijos'. 
¡No renuncio! 
Ni tanta chaladura, 
pero toda 
para el que no sabe leer 
ni ha sabido leer nunca, 
que un poema puede abrirse 
de abajo arriba 
y de dentro afuera, 
como reventarse en millones de esquirlas 
y desmontar cualquier emoción en una sola. 
Ay, amores míos, 
vidas en estas vidas 
o en otras sin haberse visto, 
cariños que no supieron, 
que no pudieron, 
que no les dejó la rueda de la hipocresía 
o la vida misma 
ser lo que quisieron, 
¡cómo os entiendo, 
cómo lamento vuestras vidas!  



Nená de la Torriente

miércoles, 8 de junio de 2016


Qué extraña sensación ésta 
que estando tan cerca el ánimo 
y sabiéndonos todos tanto, 
¬que hasta el pulso es el mismo¬ 
nos ocultamos como lunas nuevas. 
El verdín en las palmas 
y el barro seco en las rodillas, 
lo han burlado el monóxido 
y la coca, ya sólo por manejar l'argent. 
¿Mitos? 
Menos de los que imaginamos 
he imaginamos menos de lo que debiéramos, 
que soñar lo hemos convertido en un tener 
no en una magia de color sin sentido. 
Qué extraña sensación ésta 
que buscándonos 
estemos tan transidamente solos, 
y es que a más de unos minutos 
no nos soportamos, 
que las distancias nos asfixian 
y nos asusta vernos conquistados 
como si tuviéramos algo más poderoso 
que la unión de los-nosotros.  
Esto hemos conseguido en este deambular 
a solas, 
una naturaleza inveterada 
de rarezas tan comunes como poco dilectas, 
que a veces parecen románticas 
y otras estúpidas, 
pero suelen más que a menudo 
apartarnos de un 'sindicato' perfecto. 


Nená de la Torriente 

lunes, 6 de junio de 2016


Tenemos la flor sorprendida 
que nace cada año por las mismas fechas,
el color del mar en noviembre, 
el sabor de los besos de los niños 
siempre en baba. 
El olor del pan recién hecho, 
el papel nuevo que seduce a la tinta 
y en su eterna coyunda grita 
¡Contemos! 
Tenemos las mismas guerras de conceptos, 
de los veinte, 
de los treinta, 
de los cincuenta; 
los elementales fiascos argumentales 
y los mismos aciertos de sentido común. 
Un cielo azul para contener la lágrima 
cuando nos aprieta la ansiedad en el pecho, 
y esas tormentas generosas 
que borran las heridas de la tierra,  
hasta el olor a pasado cuando todo agoniza. 
Tenemos voluntad para soñar pasiones 
y esperar primaveras deleitosas; 
tesón para perseguir la libertad en rebeldía. 
Alegría cuando andamos cerca 
de alguien alborozado 
y un jardín de ideas por construir todavía. 
Tenemos el olor del barro y de la hierba, 
la ondulación de los campos 
como la sinuosidad del fuego. 
Las olas reclamándonos una visita 
y árboles y montañas, trochas y senderos. 
Tenemos el amor de nuestros padres 
y de los padres de nuestros padres, 
y de aquellos que no fueron nuestros abuelos 
pero trabajaron la tierra con sus manos. 
Nunca hemos estado solos, 
la tierra y los seres estamos engarzados 
como eslabones de una misma cadena. 


Nená de la Torriente

jueves, 2 de junio de 2016


Hoy todos son genios 
en esta bolera de gestos, 
el emboque ya no sirve de nada 
ni lanzar de un modo o de otro, 
ni el respeto. 
Hoy todos son guapos, 
los que mejor escriben, 
los que se saben las coplillas más 
irónicas, 
los que de talón a puntera les mide 
más el zapato 
y socarronamente 
van perdonando calcetines. 
Hoy ya nadie se sorprende 
ni quiere alcanzar lunas 
seas cuales sean las distancias 
y las magias de sus nimbos, 
todo es prepotencia y dominio; 
de otro ninguna valía, 
más que la de admitir la agudeza  
que lejos de toda duda 
nunca será la suya. 
Y los naranjos se preguntan 
si todos son tan magníficos, 
y el peral y la tomatera, 
y la llovizna se precipita mirándose de reojo, 
y hasta la aleta de los peces se confunde a veces 
creyéndose de ballena, 
porque la fatuidad es caprichosa, 
hasta la vanidad epidémica, 
las frases huecas crecen en primavera 
como las acacias 
o en invierno como las mimosas, 
y es que esto de la idiocia es imparable. 



Nená de la Torriente