en esta bolera de gestos,
el emboque ya no sirve de nada
ni lanzar de un modo o de otro,
ni el respeto.
Hoy todos son guapos,
los que mejor escriben,
los que se saben las coplillas más
irónicas,
los que de talón a puntera les mide
más el zapato
y socarronamente
van perdonando calcetines.
Hoy ya nadie se sorprende
ni quiere alcanzar lunas
seas cuales sean las distancias
y las magias de sus nimbos,
todo es prepotencia y dominio;
de otro ninguna valía,
más que la de admitir la agudeza
que lejos de toda duda
nunca será la suya.
Y los naranjos se preguntan
si todos son tan magníficos,
y el peral y la tomatera,
y la llovizna se precipita mirándose de reojo,
y hasta la aleta de los peces se confunde a veces
creyéndose de ballena,
porque la fatuidad es caprichosa,
hasta la vanidad epidémica,
las frases huecas crecen en primavera
como las acacias
o en invierno como las mimosas,
y es que esto de la idiocia es imparable.
Nená de la Torriente
oh mundo de la vanidad
ResponderEliminarTodo un universo, poeta!!!
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