domingo, 29 de mayo de 2016



Tentar el verso desde el sentir 
el alma del cantar desde la voz, 
si el tallo languidece a qué esperar 
belleza en el brote.
Todo lo que está ha llegado 
en un brindis de espera compartida 
o tan solitario como doloroso.
En esa aventura de intenciones 
se asendera lo que más tarde brilla
con su propia luz, 
una resulta u otra  
que determina quién 
o qué has decidido
que eres. 
No puedo decir 
abriendo las fauces como un león 
soy poeta, 
ni negar mi esfuerzo 
porque sería necia.
No puedo pensarme 
arráez de hermosa embarcación,
pero sí bote a veces a la deriva 
otras ceñido a los remos. 
Este camino ha sido el sentir. 
El canto: Un grito constante,
y este cuerpo permanece erguido 
a pesar de todas las horas  
aun no sabiendo cómo lloverse 
ni entendiéndose entero. 
¿Qué le pido al mundo más amor? 
¡Sí! 
Ni a la imaginación le cabrían más letras, 
acomodadas,  anárquicas, puñeteras, 

pero el tiempo no corre al trote 
de los sueños, ni a favor de nadie. 
¿Te vienes conmigo? 
Anda, dime que sí. 


Nená de la Torriente

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