miércoles, 25 de mayo de 2016


¿Cuántos desahucios soporta un corazón? 
Al volver del espigón 
el mar parecía distinto. 
El mundo no quiere a la gente triste 
-Me dijiste- 
Pero yo no estoy en cesión, 
no he sabido nunca estar en venta. 
Al cruzar la autopista 
el mar volvió a ser el mismo.  
Atónito me miraba 
como si estuviera más vivo que yo, 
como si realmente estuviera ahí. 
No sé porqué no ves el mar 
en este Madrid inmenso, 
se puede ver en cada calle ancha, 
en el murmullo de la gente que se precipita, 
entre las hojas de los árboles, 
aquí en mis ojos y en los tuyos, 
en la mano del niño, 
hasta en los silbidos de la noche más oscura. 
¿Pero cuántos desahucios soporta un corazón? 
Si no fuera por esta risa loca 
que amo tanto, 
casi siempre atolondrada e inocente, 
y por el deseo 
de que el corazón arrostre
el mar ya me habría engullido 
con verdadero apetito. 




Nená de la Torriente

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