Irónicam(a)nte
Quererse profundamente
en este mundo extraño
cuando lo común es lo callado,
la desdeñable vulgaridad,
el regurgitar del término sacrificio
en film de plástico,
el repudio o la indiferencia.
Nos indican con el anular
siempre el mismo remedio arraigado
de amarse a uno mismo,
y lejos de ganar en logros generosos
de máxima grandeza,
revierte en con(e)mociones individuales,
en estados de éxtasis íntimo,
tan inútiles para la entrega
como idóneos para la mezquindad y la sordera.
Y giramos y hacemos cabriolas
soñando que lo intentamos todo,
que somos los amantes perfectos,
los salvadores del resto de los infelices.
Pobrecitos todos
que ayudamos tan desprendidamente
y qué poquito nos comprenden,
con lo buenísimos que somos
y con todo el amor que les ofrecemos
al mirarlos tanto y con tanta devoción,
siempre detrás
de nuestro hermoso reflejo.
Nená de la Torriente
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