jueves, 26 de mayo de 2016

Irónicam(a)nte 


Quererse profundamente 
en este mundo extraño 
cuando lo común es lo callado, 
la desdeñable vulgaridad, 
el regurgitar del término sacrificio 
en film de plástico, 
el repudio o la indiferencia. 
Nos indican con el anular 
siempre el mismo remedio arraigado 
de amarse a uno mismo, 
y lejos de ganar en logros generosos 
de máxima grandeza, 
revierte en con(e)mociones individuales, 
en estados de éxtasis íntimo, 
tan inútiles para la entrega 
como idóneos para la mezquindad y la sordera. 
Y giramos y hacemos cabriolas 
soñando que lo intentamos todo, 
que somos los amantes perfectos, 
los salvadores del resto de los infelices. 
Pobrecitos todos 
que ayudamos tan desprendidamente 
y qué poquito nos comprenden, 
con lo buenísimos que somos 
y con todo el amor que les ofrecemos 
al mirarlos tanto y con tanta devoción,
siempre detrás  
de nuestro hermoso reflejo. 



Nená de la Torriente

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