Acuérdate de mí
amigo tímido,
del lago y de tu disfraz
de medusa.
Estés donde estés,
con tus padres, con tus suegros,
con tus gatos, con tus perros,
en tu cielo o en tu infierno.
Acuérdate de mí,
seas quien seas.
Recuerda que tienes mi hombro
donde apoyar tu mejilla,
si andas cansado,
si estás contento,
o si quieres hiparme
porque tienes una cuita.
Yo trazo tu hombro en la pared
y busco la sombra de mi cabeza
para posarla en él,
y detallarte mi mundo.
Acuérdate de mí
amigo tímido,
como yo te recuerdo.
Nená