No era una bruja,
se conformaba con poco
y siempre tenía un remedio de hierbas
por su abundancia de pobreza.
Pero el hombre es demasiado lento
para asimilar cosas simples,
o le das un puzzle enojoso,
o te hará un axioma del todo absurdo
-creo que es porque se aburre,
como algunos niños en el cole-.
Nunca importunó a nadie,
pero tocaba atesorar caudales,
y ella era un buen saqueo,
la perfecta ganancia política.
Las injusticias se miden por personas,
una a una, sin olvidar a nadie,
y no hay bienes comunes
ni de ninguna clase
que puedan justificarlas.
Le quitaron su chamizo
en nombre del pueblo,
y el mínimo trozo de tierra
que le circundaba.
Total, era una bruja,
una sin nombre.
Nená
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