Sólo poesía.
Olor de galletas mojadas en leche.
Guiños ligados a niñez perpetua,
en la calle de NUNCA ME FUI,
esquina a la glorieta de SOY LA QUE ERA.
Vanguardia de lápices
con puntas romas.
Papeles reciclados
y el aroma del laurel seduciendo al incienso.
Poesía.
Sólo poesía y siempre sola.
Nacer el día que asola el óbito
para cruzar a nado la invidencia de tus ojos.
Ser deshabitado sereno
y el eterno despejado,
en este mundo vacío y nervioso.
¿Y más, para qué?
Nená
Este poema se merece un comentario grande de niñez y de tiempo. De esa niñez, en un olor resumida.
ResponderEliminarUn beso, Nená.
Hay olores que nos persiguen, y que nos levantan una sonrisa cuando nada invita, lo mismo sucede con la poesía. Gracias por recordar conmigo ese olor a niñez, tan rico.
ResponderEliminarBeso.
Nená