viernes, 16 de diciembre de 2011

Un refugio, 
una mesa,  una silla, 
un plato y una cuchara. 
Nada de malas intenciones, 
que ya habrá quien dé la vuelta a mis palabras 
y convierta hojas de naranja en balas de punta hueca.
Me temo que los hay que tienen  más miedo  
que mi propio miedo, 
y eso me apena,  
pero el camino es muy grande 
y todos erramos. 
Unos se atrincheran,  se golpean el pecho, 
otros disparan enrabietados,  la mayoría se ausenta, 
yo suelo generalizar, y me llevo por delante a gente buena, 
pero nunca es mi afán herir,  aunque hiero, 
la palabra es una daga como es un beso,
y hay que cuidarse mucho con ella. 
Se escapa,  se construye sola,  se viste a los ojos de otro 
de fulana, cuando tú la vestiste de princesa.  
El poeta y el poema no van de la mano, 
pero eso no hay quien lo entienda. 


Un refugio, 
una mesa,  una silla, 
un plato y una cuchara,  
eso sí te ofrece el poeta.  




Nená

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