Qué reviente el frío
con una enorme taza de té caliente.
Crujirá sobre el suelo
como un cristal hecho añicos,
y alrededor de la taza
un enorme cerco de abandono
huyendo hacia el cielo.
Venid vagabundos y mendigos,
cariñosos perros callejeros.
La taza estará caliente día y noche
y vuestros delgados dedos, también.
Así veréis el camino,
el tumbado pino que hace un codo,
el empedrado dulce
que busca vuestros
pies dormidos,
y al fondo el mar
lleno de esperanzas.
Nená
Nená que ganas de esa taza! :)
ResponderEliminarGuárdame un poco que llego
:)
¡Eso está hecho!
ResponderEliminarNená