No me preguntes por qué
pero te distingo a ti
entre todos los hombres del planeta.
Y siendo ciega,
perseguiría tu sombra
por entre la más absoluta de las oscuridades.
Y siendo muda,
hablaría con la soltura del orador
para preguntar por ti en todas las plazas.
Y si fuera sorda, escucharía
cada una de tus palabras
mucho antes de que las pronunciaras.
No me preguntes por qué
pero te siento a ti
entre todos los hombres del planeta.
Y sin tocarte sabría si sientes frío
o tienes fiebre,
si te notas abatido o radiante,
si te han vencido o das batalla,
si piensas en mi, o me evitas.
No me preguntes por qué
pero te quiero a ti
entre todos los hombres del planeta.
Nená
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