En ese rincón mágico me diste un beso,
no sé si fue el olor de las flores
o la espesa espuma de las cervezas.
Los ingleses de antes eran bajitos,
no cabías por la puerta;
yo quise tocarlo todo,
mesa, silla, tabiques, paredes,
mis manías –ya sabes-.
Me gustan las mejillas sonrosadas,
me recuerdan a Heidi,
y esa forma de enseñar los dientes
bonachona y espléndida.
Creo que el mundo debe, por mandato,
reírse más, o ser asignatura en el colegio.
Cada día somos más grises,
obtusos, bruscos y enojosos.
Se nos olvida lo bellos que estamos
enseñando los dientes,
de esa forma tan bonachona y espléndida.
Nená
Y qué pocas carcajadas.
ResponderEliminarQuiero como tú que lo enseñen en el cole :)
Un beso
Algún día nos reiremos juntas, mi querida Eva, de lo fácil que es reírse y de lo poco que se estila.
ResponderEliminarUn beso grande, grande, de aquí a la luna ida y vuelta.
Nená