jueves, 15 de diciembre de 2011


No sucede que 
la mañana venga con flores 
hace mucho, 
aunque las vea crecer 
hermosas al sol 
de cada amanecida. 
No sucede que 
la calle traiga sonidos de risa 
hace mucho, 
aunque recuerde la risa 
cada instante 
como si estuviera aquí mismo 
acurrucada en mis rodillas. 
No sucede que 
tenga fuerza en los brazos 
hace mucho, 
aunque me sienta fuerte 
cada día para librar 
las batallas que surjan. 
No sucede que 
sienta el latir bullicioso
hace mucho, 
aunque el corazón golpee 
como el de un animal 
que galopa en busca 
del prado más prodigioso




Nená

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