jueves, 8 de diciembre de 2011


-La charca que quiso ser un charco-

Había una vez -hace relativamente poco tiempo- una charca pequeña y sucia que tenía un sueño: Ser un charco grande y oscuro,  con grasa de motor y gasolina. Y pensaréis,  ¿para qué tanta afición por ese sueño de grandeza sucia? Soñaba con las rodadas de los coches atravesándola con majestuosidad,  así se elevaría por los aires con dominio;  al fin y  al cabo,  a ella sólo le caía algún chicle, una ramita y polvo del camino.
Pasaron los días y la charca creció,  y el charco fue menguando. Ella no sabía que las cosas pequeñas y que pasan desapercibidas van haciendo acopio sin darse cuenta,  y las grandes y opulentas, las visitadas,  transitadas,  arrolladas,  atropelladas,  terminan desgastadas, cuando no muertas. Entonces comprendió y sintió miedo.  ¿Cómo seguir siendo esa tímida y anónima charca siendo ya un extenso charco?
Esperando.  
Cada día traerá una respuesta,  y quién sabe si algún otro deseo.



Nená

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Háblame