-La charca que quiso ser un charco-
Había una vez -hace relativamente poco tiempo- una charca pequeña y sucia que tenía un sueño: Ser un charco grande y oscuro, con grasa de motor y gasolina. Y pensaréis, ¿para qué tanta afición por ese sueño de grandeza sucia? Soñaba con las rodadas de los coches atravesándola con majestuosidad, así se elevaría por los aires con dominio; al fin y al cabo, a ella sólo le caía algún chicle, una ramita y polvo del camino.
Pasaron los días y la charca creció, y el charco fue menguando. Ella no sabía que las cosas pequeñas y que pasan desapercibidas van haciendo acopio sin darse cuenta, y las grandes y opulentas, las visitadas, transitadas, arrolladas, atropelladas, terminan desgastadas, cuando no muertas. Entonces comprendió y sintió miedo. ¿Cómo seguir siendo esa tímida y anónima charca siendo ya un extenso charco?
Esperando.
Cada día traerá una respuesta, y quién sabe si algún otro deseo.
Nená
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame