Dormimos bajo la tormenta,
el rato que el trueno
golpea los cristales.
No quiero saber, no quiero,
que venga otra mañana,
no estoy aquí, no tengo miedo.
Dormimos cuando el grito brama
arriba en la escalera.
No quiero oír, no escucho,
no hay peleas sólo canciones,
tarareo, tarareo.
Dormimos cuando los colores
son feos, la gente desagradable,
cuando estamos solos,
esperamos que el mundo pase
deprisa, que nos olvide.
No soy nadie, no existo,
no pueden verme,
ni podrán hablarme
porque no soy ese,
porque no soy nadie.
porque no soy nadie.
Nená
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