Alguna tarde lloraremos
juntas, amiga,
como reiremos enseñando
todos los dientes.
Que esta vida se beba a sorbos
no quita,
para pegarle un trago
de vez en vez.
Una buena bota y el primer escancio
irá a la mejilla,
el segundo a la cuenca del ojo,
pero el tercero con algo de ayuda
llegará a la boca.
Y entre chanza y risas,
reprobaremos al mundo
por tanta estupidez, y toda esa
rabia contenida.
Por esa injusticia pertinaz
que arrastra en masa a compañeros
y a extraños,
haciéndolo todo más inhumano y feroz.
Beberemos a su dolencia
por nuestra propia salud.
Nená
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