En este ir y venir farragoso
te aclara el alma una vela blanca
sobre un celaje gris plomizo,
es un descanso para el ojo.
Y es que la mente está llena
de ojos desquiciados
que acumulan mensajes sueltos.
Odio los grupos, agrupaciones,
colegueos, integrantes, amantes
en círculos viciosos,
nunca sale nada bueno de eso.
Un tú a tú directo, sin lotes,
que a repartir se escapa más
inquina que concesiones,
porque el ser humano es tremendo.
Si se pudiera olvidar
por un rato ese trato hembra-hombre,
sería el recado más directo,
poderoso, entero, sin tanta medianía
ni tanto soporífero coqueteo.
Que las letras se leen de alante atrás,
no de atrás adelante,
y hay mucho varón galante que
piensa que la mujer es alumna,
no alguien de quien aprender un qué,
como mucho un artículo de lujo.
-Y él por supuesto un Yedai-
Nená
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