lunes, 26 de diciembre de 2011


Aún habita en mí el río 
y su aliento de media tarde, 
el camino de plataneras 
con sus enormes hojas,  y 
el crucero. 
No sé de qué manera 
ni si dejamos algo en los lugares, 
ojala así fuera, 
aunque eso sea una vanidad pueril 
y caprichosa. 
Pero de posar algo eso quisiera, 
dejar un olor,  un roce en el verde, 
en la roca,  en esas instantáneas 
que tanto placer me dieron. 
Ni una palabra,  ni un poema, 
ni un sonido,  algo de mí 
que de forma natural se cobije 
en ese río, 
en ese camino de plataneras,  y 
en ese crucero. 


  
Nená

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