jueves, 29 de diciembre de 2011


-Sin ánimo de ofensa alguna-

Queda tanto por mirar 
después de haber visto, 
que me duelen los ojos. 
Todo me fascina,  cada elemento 
pequeño o grande,  que nace al cobijo 
de cualquier cosa,  sin el auxilio ni el panfleto 
bajo el brazo, ni la lección  aprendida. 
-Que siempre se dijo pan, de hecho- 


No nos gritan que tienen las zapatillas rotas, 
ni que el gobierno esto,  ni que lo otro. 
Porque  para ser hermoso o atractivo 
al poeta, 
no es necesario que sea  políticamente activo, 
de ser así no sería poeta,  sólo un plumilla 
o bien un plomazo 
-que suelen ser los que usan el verso 
para escribir la octavilla- 
Queda tanto por mirar 
después de haber visto tanto, 
que la vida se debe enojar con nosotros,  
por ser tan obstinadamente invidentes. 




Nená

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