-Sin ánimo de ofensa alguna-
Queda tanto por mirar
después de haber visto,
que me duelen los ojos.
Todo me fascina, cada elemento
pequeño o grande, que nace al cobijo
de cualquier cosa, sin el auxilio ni el panfleto
bajo el brazo, ni la lección aprendida.
-Que siempre se dijo pan, de hecho-
No nos gritan que tienen las zapatillas rotas,
ni que el gobierno esto, ni que lo otro.
Porque para ser hermoso o atractivo
al poeta,
no es necesario que sea políticamente activo,
de ser así no sería poeta, sólo un plumilla
o bien un plomazo
-que suelen ser los que usan el verso
para escribir la octavilla-
Queda tanto por mirar
después de haber visto tanto,
que la vida se debe enojar con nosotros,
por ser tan obstinadamente invidentes.
Nená
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