Cara mía:
-Me lo llamas y me sigue
pareciendo cursi-
El milagro no se produce buscando
en los bolsillos de los pantalones,
ni en las habitaciones de los moteles,
está lejos de esos sitios.
Ya sé que crees que la compañía
te acerca a un estado de dicha,
y no te niego que sea grata.
He aprendido que las manos
se vacían sin que uno se de cuenta,
y la verdad es que casi siempre
están vacías de otro.
Ahora sé que el milagro es un orden
de selva que está en nosotros.
Ya, no te rías.
Es cierto.
En el fondo perdemos la memoria y
nos la inventamos, y reinventamos
y lloramos por eso,
somos niños perdidos,
pero perfectos terrenos para construir,
para plantar, para crear cosas.
En realidad nunca estamos solos,
somos nuestros propios directores de orquesta.
¿Y el público?
El público siempre estará ahí.
Irá variando, o no estará,
pero eso no impedirá que creemos música.
No te sientas sola.
No lo estás.
No lo has estado nunca.
Nená
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