Te espero

Espero un paso, 

el ruido de otro, 

quizá tras ese,  el galope al  atardecer, 

subiendo la escalera. 

El roce de tus nudillos en mi  puerta, 

ese aliento sofocado,  alegre,  que 

aún no ha perdido las ganas,  

el brillo en la voz,  el temblor 

en las manos cuando tomes mi cara 

y me mires,  y me beses,  y me vuelvas 

a mirar,  y me vuelvas a besar 

aún con la puerta abierta.  

Y si puedo reconocer un olor, 

podré reconocer tu sonido. 

Cómo doblas el talón, 

como cargas un pié más que otro, 

en qué rellano haces pausa, 

en cual otro coges brío. 

Así cuando no vengas, 

reproduciré el sonido en mi mente 
de tus pasos en mi escalera, 

y podré quedarme dormida 
y serena. 

Nená