lunes, 5 de diciembre de 2011


Los lunes casi arde la calle. 
Los pies se arrastran más  
que de costumbre, 
como las cerillas en el  fósforo 
van rascándole hasta  prenderse. 



Menos mal que mil bostezos   
le apagan de un plumazo, 
y todo vuelve a la normalidad. 
Hay optimistas que piensan en el lunes 
como un día menos 
para que acabe la semana. 
Todo es cuestión de perspectiva 
-está visto- 
Otros no ven más que el principio 
de un ciclo de tortura. 
Y la mayoría,  sin tanto drama, 
el primer día de la semana, 
nada grato tampoco. 
Lo curioso es que lunes como palabra  
es hermosa, y 
aunque no sean hermanas, 
tiene parecido a luna,  lunática,  lunar, 
luneta,  lúnula,  y 
todas ellas parecen lanzar besos 
al principio de pronunciarlas 
-es que esa –lu,  es prometedora-. 
Pues que venga ese lunes o lu,  
y te lanzo un gran beso.  



Nená

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