miércoles, 7 de diciembre de 2011


No hace falta hablar.
No digas nada.
Te apretaré la mano dos veces
para decirte que me abraces
y una para decirte que te alejes,
que necesito llorar y esconderme.
Tú puedes negarte pintándome un corazón
en la palma de la mano,
o una cruz
para llamarme cabezota.



No quiero saber de besos
como cartuchos vacíos sin pólvora,
quiero que cuando beses
te ardan los labios, y
no voy a dejar que tengas amores
de escaso peso,
los días son demasiado breves
para perder el tiempo.
Dibujaré en tu palma un círculo
cuando tu chica no me convenza,
aunque siempre podrás dibujarme
una cruz con el dedo,
para llamarme terca.




Nená

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