jueves, 22 de diciembre de 2011

Poesía. 
Sólo poesía. 
Olor de galletas mojadas en leche. 
Guiños ligados a niñez perpetua, 
en la calle de NUNCA ME  FUI,  
esquina a la glorieta de SOY LA QUE ERA. 
Vanguardia de lápices 
con puntas romas. 
Papeles reciclados 
y el aroma del laurel seduciendo al incienso. 
Poesía. 
Sólo poesía y siempre sola. 
Nacer el día que asola el óbito 
para cruzar a nado la invidencia de tus ojos. 
Ser deshabitado sereno 
y el eterno despejado, 
en este mundo vacío y nervioso. 
¿Y más,  para qué? 



Nená

2 comentarios:

  1. Este poema se merece un comentario grande de niñez y de tiempo. De esa niñez, en un olor resumida.

    Un beso, Nená.

    ResponderEliminar
  2. Hay olores que nos persiguen, y que nos levantan una sonrisa cuando nada invita, lo mismo sucede con la poesía. Gracias por recordar conmigo ese olor a niñez, tan rico.
    Beso.

    Nená

    ResponderEliminar

Háblame