SUCEDE
En las palmas
una lluvia de esperanza
amedrentada.
Cientos de amaneceres
desperezados
en sus brazos blancos.
Hielo en las pupilas
desfalleciendo el color
del mundo.
Un día
y otro día,
y otro.
Pero los milagros existen.
La lluvia cesa.
Un alba llega
distinta y destino.
Las estrellas bajan a la tierra
y lo iluminan todo.
Se abate el abatimiento.
Se entristece la propia tristeza
y parte lejos.
Un camino abre el cielo
en verde claro,
y los pasos,
siempre los mismos,
dejan para siempre
de sonar igual.
Sucede.
Nená de la Torriente
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