domingo, 2 de octubre de 2011


Existe un lugar
que cuando cierro los ojos
inunda mi norte.
Está más allá del propio Norte,
rimero de glaucos promiscuos,
de almas que enredan
de madrugada.
El aliento de la tierra anega
el cultivo,
las flores sonríen todo el tiempo
y se cuentan cosas,
que sólo ellas cosen o remiendan.
La vida está cargada
de sucesos de otros siglos,
el aire tiene la densidad
de muchas edades,
y aún así los pulmones se llenan
de aire limpio
para que te quedes un poco
cuando te ausentes.
No sé si es el paraíso
pero es un lugar diferente.
Anegado de olores que no he podido
designar,
colores al atardecer
que tampoco supe dar un nombre.

Nená

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Háblame