viernes, 1 de agosto de 2014

Si juntase todas
mis faltas de ortografía 
haría una saya negra 
con que cubrir tus desencantos. 

Me quedaría paño para deshilar 
en llantos cada carcajada rota 
desposada con un dedalillo de anís, 

y hasta un ovillo 
para desenredar cometas. 

Tanta –h burlona, 
tanta –v que quiso ser más alta 
y amiga amable de Botero, 

esos acentos díscolos, 

y aquellos remolones que se colaron 
entre los versos como ilegales 
en busca de otra patria, 

porque la que guía este barco 
siempre zarpa deprisa 
sin revisar su tripulación.

Si juntase 
todas mis faltas de ortografía 
podría hacerte un tejado de tintas 
para que llovieran lunares negros 
en todos los trajes de novias,

puntos infinitos para caminar 
en el vacío 
y botes salvavidas para vadear
todas las aguas. 




Nená de la Torriente