Esta
madreselva
que
está rompiendo el muro
en
su crecida,
invita
al sol para su puesta de largo.
Muda
la carne verde, se desnuda,
y
su semilla es la fruta.
No
siempre el poder está en la fuerza
que
nos alcanza, la piedra más dura,
lo
opaco que no deja que el sol lo penetre.
Mírame
llorar,
¿me
creerías así hace un mes,
hace dos días?
Todo
lo que parece se disuelve
en
su realidad
y
nos cautiva en la sorpresa
de
lo que no vimos,
de
lo que no parecía llegar
en
su recorrido leve,
como
el sesgado del cielo
que
hace el óvalo de la luna.
Nená de la Torriente