Ahora
tal y como se malogra el mundo, cuando a unos sus gentes no les importan nada,
y a otros la diferencia en fuerza y el exterminio tampoco. Ahora que las vidas de
tantas mujeres, por ser mujeres, carecen de valor y son hasta el extremo
vejadas.
Ahora que el rapto y la mutilación es algo cotidiano.
Ahora
que preciosos niños y adultos con las manos vacías, se mueren de hambre.
Ahora
que nacen grupos pro-, o para-, apoyados por estados ambiciosos y vergonzosos que
sostienen guerras viendo como la población merma y sangra de una forma
ignominiosa.
Ahora
que toda esa injusticia ocurre, estamos en el siglo XXI y no puedo por menos
que sentir una intensísima vergüenza por mi propia especie, que puso sus ojos en la
tierra y en el poder que les genera más apetito, y no en sus propios semejantes.
Nená
de la Torriente