miércoles, 9 de julio de 2014

Aquí huele a lilas, 
lilas intensas que quieren 
pronunciar un nombre. 

Agito mi cabello que más 
que una selva es una mata 
de moras nuevas. 




Busco las blancas en tus sienes 
bellas, 
en el fondo de tus ojos, 
en alguna arruga terca 
que no quiere abandonarte 
nunca.
Aléjala tú y cesa en su recuerdo, 
deja que los muertos descansen. 

Hace años que la vida te golpea 
con insistencia,  y 
tú no abres la puerta, 
saltas por la ventana como un felino 
y juegas a creer que revientas 
las cerraduras, 

pero vives escondido dentro 
de una vieja maleta de rabia 
y música, 
de antiguos cánticos. 




Nená de la Torriente