martes, 1 de julio de 2014



No hago un verso a nadie 
porque me cansé de ser ilusión 
detrás del espejo donde se miran 
los rostros, 
¿acaso no merece la musa 
ser en sí misma 
un plato que se devora 
en su propia saliva? 
¿Una flor que se retro-liba? 
¿Un cuerpo que se hace el amor 
a horcajadas, con posturas imposibles 
y aun así se goza? 
No hacéis más que demandar una idea. 
Dejadme en mí 
si no vais a darme nada. 



Nená de la Torriente