viernes, 11 de julio de 2014


Cuánto se debe la mano derecha 
a la izquierda. 
La porción que se concedan 
sin romper la porcelana -me contestas- 
Tal vez por eso nunca tuve porcelana 
y no me gustan los armarios llenos 
de vasijas,  ni los estantes llenos de
maravillas de bohemia, 
ni las muñecas de Lladró. 
Ese afán de acumular cosas 
para ocupar espacios, 
sólo vacía rincones 
con los verdaderos recuerdos de los instantes. 
Miro mis paredes lisas 
y veo campos de trigo crecidos, 
avenidas llenas de gente, 
besos que nunca di y otros que me robaron, 
y en las noches,  hasta el cielo baja 
a posarse con todas sus lunas. 



Nená de la Torriente