martes, 22 de julio de 2014

¡Escucha!


Ya echa la vista 
por encima de la loma 
como oruga equilibrista, 

elevada, 

índice dispuesto para mostrar 
lo fatídico, 

y no repara que en el manantial 
de las voces ya nadie escucha, 

y queda un tesoro escondido 
bajo la uña del dígito más largo, 

ese que llaman corazón. 

Pobre oruga necia, 
quiere salvarse y sólo otea 
el porvenir y acusa, 

para no sentirse tan estúpida. 

¿Es que nadie le dijo…? 




Nená de la Torriente