sácalo
fuera
y
préndelo.
Si
te lo quedas, lo enterrarás
y
sabrás dónde acudir
los
días de ira.
Te
llevarás por delante
lo
bueno, lo malo, lo tierno,
lo
que está por nacer
inocente.
Suéltate
de ti.
Sácalo
fuera y préndelo,
o
dámelo a mí,
que
yo sabré enterrarlo
donde
tú no lo encuentres.
Nená de la Torriente