¿Ya
qué día es hoy?
Ha
querido la luna decirme al oído
tu
nombre,
la
misma luna que no veo,
pero
que arrastra mi pecho hacia ella
como
levanta la marea.
¿Qué
hace tu nombre en mi oído?
Un
intenso olor a lila me recorre
el
cuerpo, trepa burlonamente desde
los
tobillos enredándose en los dedos
pintados
de marrón oscuro con brillo de caramelo.
Cuando
llega a las rodillas me río,
pero
el aroma de lila me ignora y sigue subiendo
hasta
moldear mi pecho, como si hubiera sido
de siempre su jardín de todos los juegos.
¡Ya
basta! Le grito.
Es
tan atrevido…
Pero
ya llega el perfume a los labios,
sujetándose
en mi pelo
y
consuma un beso perfecto
de
ternuras infinitas
¿Esto
me está ocurriendo?
Tu
nombre,
tu
nombre,
tu
nombre,
es
lo último que recuerdo.
Nená de la Torriente