Estamos bendecidos.
El sol besa la persiana
-cientos de persianas-
Hileras de color nacen
sobre las colchas,
sobre ellas polvo
juguetón y esquivo.
Amanece.
Aún no advierte la vista
el fondo del opaco espacio.
La aurora nos saluda.
Como nace todo
cada día;
como fallece todo
cada ayer.
Volveremos a llorar,
a reír, a rendirnos,
a sabernos diminutos,
rocas, tormentas de arena.
Pero ahora vuelve a dormir
sólo 5 minutos,
sólo 5 minutos.
Nená
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