-Un
hipo-
De
acuerdo que nos han dejado un país en la penuria, una colcha de retales; posiblemente peor de lo que pudiéramos imaginar. Pero meterse ya hasta con los
derechos fundamentales, es meter el remo bien hasta el fondo, y esperar que la barca no haga el
pino en su verticalidad. Después nos queda sentarnos y quedarnos a ver irremediablemente como da la vuelta, para
mostrarnos su lindo casco, vamos, su extenso y
prolijo culo.
Nená
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