Mañana
no seré verbo,
seré
labio y pestaña,
una
larga uña que roce tu mejilla,
iris
loco que se abra y que se cierre.
Mañana
voy a caminar despacio
por
ninguna parte,
porque
no voy a ponerle nombre
a
las cosas,
y
voy a reír a carcajadas,
un
alboroto sin tino que levante
el
vuelo a las palomas.
Mañana
dejaré que el viento
subleve mi falda,
y buscaré un río donde meter mis botas;
que
la vida siga por su camino,
que
yo sabré vivir por el mío.
Nená
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame