Sigue la vida, burlona de todo,
abriendo ventanas
y cerrando
puertas.
‘No llores mi niña chata,
a la vida se le puede vencer
por una manga’.
Ya sé que no me
crees, que
el fondo es húmedo
y oscuro,
pero la mano es
cálida y osada
y tú tienes
corazón de calé.
Que cada día lleve
su proceso,
no más tarea que
esa.
De poco a poco el
agua del pozo
se saca, que ya
tendremos tiempo
de soñar lontananza
como un campo de caudales
y yo de maizales de panojas inmensas.
¡Arriba los
corazones,
que todo está por reiniciar!
No tengas nunca más pavor.
Nená de la Torriente
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