jueves, 10 de mayo de 2012


En este atropello de sentidos 
no voy a peguntarte nada, 
voy a robarte de ti, 
hacer que un instante 
sea inmenso. 
Mío,  mi boca llena 
en cien  maneras 
de tu nombre, 
tu espalda mi pecho, 
tu sexo mi sexo; 




acaso tu mente fue 
la mente de un hombre 
alguna vez, 
en esta inmensidad 
de un instante no sabe, 
no conoce más que mujer 
y esencias que la mujer entiende. 
Y naces en mí, 
en el punto exacto de apremio 
que mi labio es agua 
en manantial soberbio, 
y alcanzan tus naves mi puerto 
tantas veces como olas anidan 
indefinidamente,  incontables. 







Nená

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