-El Vacío-
De
esta magnitud alícuota,
de
aquella, y de aquella otra,
se
han ido fundiendo las ansias
de
ir despoblando lo inmensamente
habitado.
Las
almas en fila, ensartadas
como
peces muertos en lerchas,
sin alojar sus cuerpos.
Aquel
tejido compuesto de antes
-el
mundo-
briscado, luminoso,
que
recordábamos de niños,
no
fue, no ha sido,
o
tal vez.
En
esta confusa condición
de
estar en habitaciones vacías,
sin
ser siendo
ese
reflejo pintado de un yo,
nacerá
un nuevo hombre,
alicuz, pero vacío,
que
encontrará utilidad en todo.
Nená de la Torriente
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