sábado, 28 de noviembre de 2015


Boca abajo se peinan las soledades. 

Nadie desea mirar como los cielos paren nubes 
en días soleados, 
y unos y otros cargan los ojos 
de ayeres verdes y de lozanías, 
con encuentros de tal vez un día 
como los relatos breves pero intensos. 

Si llega el temporal a la línea del ocelo 
fingirán que fue un contagio o un vértigo, 
o un mal soplo de viento, 
porque nadie quiere verse en un marjal 
del que no salir airoso, 
limpio, erguido, con un rostro al que recordar. 

Que si con el párpado se ahuyentan las mentiras 
habrá que afinar la expresión 
para no parecer abatido, 
porque nadie quiere que el eclipse le roce 
ni que se atreva a arruinarles la envoltura 
tan permeable para convencer 
a todo aquello que anda bramando por dentro. 

Pero a veces 
-sólo algunas veces-, 
las soledades se confunden 
y se peinan boca arriba. 



Nená de la Torriente

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Háblame