sábado, 7 de noviembre de 2015


Todo ha de ser fácil 
para que me quieras y 
¡oh! 
No siempre un hombre 
oculta sus ojos 
porque ha visto demasiado. 
A medio camino de ninguna parte 
no puedo mirarte, 
se me hunden los pulmones 
en una poza de arena. 
Me estoy perdiendo. 
¿Tiene sentido ya? 
Una vez pensé: 
`Me echo tanto de menos... ´
 Deliraba. 
Mis parpados son armarios en primavera, 
aireándose, 
pero estos oídos han escuchado 
miles de embustes 
¿hoy se puede emplear el término 
sin que te arda la lengua? 
Se ha roto la costura 
que contiene el epítome 
de mis sergas 
y el sonido de las aguas 
que tanto amo. 
Cada día me cuesta más reconocer 
los veracicuánticos 
por los que apostar,  
por eso me acerco a las aceras 
y a sus hervores insaciables 
a recoger los charcos con sus secretos mapas, 
pero no siempre estoy atenta. 
Estoy sola, 
voy a estar sola 
y estaré sola sin paparruchas 
ni codiciadas cobas, 
y felizmente desabastecida 
de mí 
para no acodarme en caprichos. 



Nená de la Torriente

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