Así me duermes todo el tiempo
Cómo se alinean las costumbres
para adormecer los pulsos.
Así me duermes todo el tiempo.
Sin cadencia las aguas
cierran los puertos
y las velas se suspenden
como nubes frágiles.
Se suceden los días,
serenamente y casi plácidos
entre el paladar y la lengua,
sin oxígeno,
ajenos a la melancolía y
a la paz verdadera tras el grito
y la víscera rota.
Así me duermes todo el tiempo,
aferrado a una bola de vidrio
donde achicar distancias
y apalear la palabra como a un perro,
en un dominio aberrante;
escapando de ese punto
más allá del extremo del mar
porque allí no puedes controlarlo todo,
y es de eso precisamente
de lo que se trata.
Así me duermes todo el rato.
Nená de la Torriente
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame