sábado, 21 de noviembre de 2015

Noviembre 


Le pregunté al maestro Wang 
qué era vivir, 
estar o ser. 
Contestó que si fuera estar, 
algunos estando no parecen vivir, 
y otros que ya no están 
partiendo hacia lugares 
que el hombre desconoce, 
regresan de manera que la mente 
del que permanece no entiende. 
Y si fuera ser, tendríamos que aceptar 
como vivo todo aquello que existe 
sea consciente o no, tenga espíritu 
o no le reconozca ninguno. 
Le pregunté al maestro Hao 
qué era morir, 
dejar de vivir o 
dejar de ser. 
Me contestó que había conocido 
muchos muertos vivos, 
que el alma es una suerte de fuerza 
que se escapa, 
y que si la muerte es un dejar de ser 
también muda la mariposa de gusano 
a lo que después resulta, 
y no transita en moribunda. 
Le pregunté al maestro Chen 
qué era el amor, 
un deseo diferente 
o la necesidad total del otro. 
Me contestó que ambas cosas él 
las había sentido repetidamente,  
y en ambas había entendido que eran 
formulas disfrazadas de egoísmo, 
y que debía seguir haciéndome preguntas. 
Y con una sonrisa cálida  
y el olor de flores de la Champaca 
se fue alejando como había venido. 


Nená de la Torriente 

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