domingo, 10 de febrero de 2013


Mañana ya será pasado 
en este mes de febrero tan frío. 
Ojala sintiera rozar tus manos 
en mis paredes, 
como escuchar las risas de los niños 
a la vuelta del colegio. 
Aquel olor a bizcocho que consumía 
el aire con aroma de mantequilla, 
el olor de hierba y barro, 
a la puerta de la entrada. 
No me quedan ganas de averiguar 
a dónde se fueron los matices, 
ahora hay otros nuevos 
invadiéndolo todo, 
aunque tiendo a regresar a aquellos 
porque fue un tiempo de no pensar 
en tonalidades, 
sino de vivir. 
Vivir sin concebir 
la idea de estar viviendo. 


Nená de la Torriente