sábado, 23 de febrero de 2013

-Hipo-


                         -Personas normales-

Hay nociones, criterios, que se me presentan hoy algo más confusos.
Personas normales ¿qué son personas normales?
El que más o el que menos tiene un ‘aquel’ extraño, anómalo, defectuosos, o como decimos vulgarmente, raro.
Antes pensaba, Miguel es normal, e incluso llegaba a decir que era insólito de lo normal que era.
De algún modo las cosas han cambiado o mi mente lo ha hecho por las cosas. Quizá aquella generosa visión de un mundo sin horizonte se ha ido empobreciendo, por logiquísimas razones. El ser humano busca la simplicidad porque sabe que no puede abarcar todas las cosas y quiere conseguir entender el mayor número de ellas.
En cualquier caso la llaneza que veía en los demás antes, ese ‘sin doblez’ , la falta de miedo y la capacidad de entrega, ya no la veo en ninguna parte y de hecho al ejercerla yo, nadie la cree, como si fuera un rara avis o escondiera una intención que en realidad no escondo. Lo más triste, si es que lo es, es que ha dejado de importarme que me crean o no. A estas alturas de grabación lo único que sigo pretendiendo es ser consecuente, y observo que aquella humanidad que conocí ahora la desconozco de idéntica manera, está mucho más asustada, es más egoísta, resentida, desconfiada, mal pensada y solateras, o yo he perdido el aparatejo de traducción simultánea, el instinto.
No ocurre tanto con las personas mayores, quizá porque ellas están cansadas y ejercer de muralla requiere un esfuerzo innecesario, pero también entre éstas he encontrado casos curiosísimos. Lo que me resulta incuestionable, normales o anormales, es que hay personas increíbles, absolutamente sorprendentes, que nunca dejarán de fascinarme.




Nená de la Torriente